Cartas bajo la manga.
Son las doce horas, un minuto y quince segundos _ piensa para si la joven después de mirar el reloj_ Luisa no llega y tengo que irme. La he esperado toda la mañana. Me dijo que estudiaríamos juntas. No tengo como localizarla… solo nos ponemos de acuerdo y ella aparece. ¿¡Qué raro no haya llegado!? Siempre es tan puntual.
Ya en la escuela.
- Evelyn no pude ir a tu casa. Mi novio… tuvimos un altercado. No lo supe hasta hoy. Tiene la mala costumbre de golpear a las mujeres.
- ¿Estás bien?
- Si, terminamos. Él… él tampoco sabía de mi cinta negra en judo.
Buscando… se halló.
Son las doce horas, un minuto y quince segundos . Entró a las en punto, ya debe estar al salir. Con ese bulto haremos buuuen dinero- pensaba el hombre que arriba del bote esperaba por si tenía que halar al buzo.
Ssggg--sssggg --- No hay nada Luis. Ssssgg.
- Ven sal, cuéntame.
- No hay nada hermano. Busque y nada. Pero dime ¿qué tiempo estuve allá abajo?
- Mas de 4 minutos. Entonces ¿qué crees? ¿vale la pena regresar?
- Dime, dime exactamente a qué hora subí.
- Ernesto subiste a las y 4 minutos con 50 segundos.
- Magnífico tiempo! Regresaremos… esta vez con jueces y cámaras.
Melodía milagrosa.
Son las doce horas, un minuto y quince segundos . Todo comenzó hace ya 10 horas, los segundos pesan cada vez más.
-El mismo grupo sanguíneo, un órgano joven… el donante perfecto, perfecta compatibilidad y sin embargo no late por si mismo. Todos los parámetros están estables- cotejaba el Dr los datos en voz alta- ante la mirada expectante de sus colegas.
¿Viviría la joven? Es la pregunta que todos se hacen .Cuando de pronto un celular empieza a sonar dejando escuchar la voz de un niño…
El corazón rompe a latir pum pum pum pucupum pum.
© Jacqueline Romero Miranda, 2011
Son las doce horas, un minuto y quince segundos _ piensa para si la joven después de mirar el reloj_ Luisa no llega y tengo que irme. La he esperado toda la mañana. Me dijo que estudiaríamos juntas. No tengo como localizarla… solo nos ponemos de acuerdo y ella aparece. ¿¡Qué raro no haya llegado!? Siempre es tan puntual.
Ya en la escuela.
- Evelyn no pude ir a tu casa. Mi novio… tuvimos un altercado. No lo supe hasta hoy. Tiene la mala costumbre de golpear a las mujeres.
- ¿Estás bien?
- Si, terminamos. Él… él tampoco sabía de mi cinta negra en judo.
Buscando… se halló.
Son las doce horas, un minuto y quince segundos . Entró a las en punto, ya debe estar al salir. Con ese bulto haremos buuuen dinero- pensaba el hombre que arriba del bote esperaba por si tenía que halar al buzo.
Ssggg--sssggg --- No hay nada Luis. Ssssgg.
- Ven sal, cuéntame.
- No hay nada hermano. Busque y nada. Pero dime ¿qué tiempo estuve allá abajo?
- Mas de 4 minutos. Entonces ¿qué crees? ¿vale la pena regresar?
- Dime, dime exactamente a qué hora subí.
- Ernesto subiste a las y 4 minutos con 50 segundos.
- Magnífico tiempo! Regresaremos… esta vez con jueces y cámaras.
Melodía milagrosa.
Son las doce horas, un minuto y quince segundos . Todo comenzó hace ya 10 horas, los segundos pesan cada vez más.
-El mismo grupo sanguíneo, un órgano joven… el donante perfecto, perfecta compatibilidad y sin embargo no late por si mismo. Todos los parámetros están estables- cotejaba el Dr los datos en voz alta- ante la mirada expectante de sus colegas.
¿Viviría la joven? Es la pregunta que todos se hacen .Cuando de pronto un celular empieza a sonar dejando escuchar la voz de un niño…
El corazón rompe a latir pum pum pum pucupum pum.
© Jacqueline Romero Miranda, 2011
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