viernes, 30 de mayo de 2008

Festival de poesía en La Habana

El festival de poesía en la Ciudad de La Habana nos ha dejado con muchas ideas, nuevas preguntas. Hemos vivido hermosos momentos en lo espiritual, en lo sensual, en lo real.
Alcancé a compartir con poetas quechuas de Perú, con poetas mexicanos, con poetas canadienses, mozambicanos, italianos, sirilankeses, norteamericanos, colombianos, españoles y cubanos, aunque habían representantes de otros países.
En la clausura intercambiamos direcciones de correo, besos, sonrisas, participamos de la iniciativa “ Un puzzle por la paz” de un creador italiano. Las últimas palabras las dijo el laureado poeta cubano Pablo Armando y con ellas expresó de cómo no considera sean los idiomas creación del hombre, que le impida comunicarse con sus semejantes, en tanto si fue el hombre quien inventó los conceptos que dividen tales como las clases, los sistemas sociales, etc…
El poeta de Siri Lanka me decía de lo inmenso e insuperable que le parecía ver conviviendo tantas personas de orígenes diferentes .. de diferentes etnias, de diferentes niveles sociales, él que por hablar inglés quizás no había comprendido muchas de las lecturas estaba muy feliz de haber vivido entre personas y de ver relacionarse a personas cuyo objetivo común era el amor a la poesía. En lo personal no veía tan raro aquello, como los cubanos somos un ajiaco, somos una mezcla de múltiples culturas. No obstante la observación del poeta de Sri Lanka me hizo considerar el valor de lo que allí ocurría. Seres humanos de las mas diversas latitudes sonriéndose, intercambiando, haciendo por comunicarse, ministros, obreros, editores, promotores, músicos, profesores universitarios, de pómulos salientes, de piel nívea, de nariz roma, de ojos achinados, de constitución ciclópea, labios gruesos, con una trenza, de un cuerpo mínimo hermoso, con el pelo rizo.
Hablando de historias tristes del presente, del pasado o del pasado presente. Aquellas en las que el hombre es predador del hombre. Personas que al conocer el poder se deslumbran y se acostumbran y se olvidan de compartir las ganancias equitativamente.
El hombre predador del hombre y no por un colmillo mas o menos sino, como me decía un poeta peruano, por el estar minado de egoísmo al interpretar filosofías predadoras.

Agradezco a todos y a cada uno por su tiempo.

Un abrazo
desde La Habana

Jacqueline Romero Miranda © Mayo 2008

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